Las enfermedades infecciosas, ya sean de origen vírico o bacteriano, presentan una serie de retos para evitar su propagación. Una de las maneras más efectivas de hacerlo es limpiar y desinfectar a fondo la zona que ha constituido un foco de contagios. Aunque, cuando se trata de una enfermedad con un periodo de incubación amplio, es complicado determinar cuál ha sido exactamente ese foco. Ante la duda, siempre es preferible optar por la prevención y hacer una limpieza y desinfección completa de la zona.
No es lo mismo limpieza que desinfección
A veces, hay quien usa ambas palabras indistintamente, como si fueran sinónimos. Pero no se trata de la misma actividad ni se usan los mismos productos y herramientas.
La actividad de limpieza se concentra en la eliminación de la suciedad, como polvo, pelusas, restos de comida, residuos acumulados, manchas, etc. Se trata de una actividad mucho menos exhaustiva que la desinfección, y su objetivo es mayormente estético, aunque también tiene un componente higiénico.
Por otro lado, la desinfección hace hincapié en la eliminación de gérmenes y microorganismos de todo tipo. Si el objetivo de la limpieza profesional es evitar la propagación de enfermedades, será necesario realizar también un trabajo de desinfección con productos específicos.
¿En qué lugares se debería hacer una desinfección profesional?
Para evitar la propagación de una enfermedad, las tareas de desinfección deberían llevarse a cabo en zonas en las que ha habido o se prevé que en un futuro habrá concentraciones de grupos de personas. Especialmente si ha habido casos positivos de personas que han estado en esos lugares. La alta tasa de transmisión de una enfermedad hace necesario tomar medidas preventivas para frenar los contagios. También podría ser conveniente, dependiendo de la actividad del microorganismo en esos lugares, realizar tareas periódicas de desinfección profesional, para cortar de raíz cualquier nuevo brote y evitar que se propague la enfermedad.
Esto incluye espacios como los hospitales y clínicas, oficinas, talleres, fábricas y cualquier otro centro de trabajo. También colegios, universidades y cualquier centro educativo en el que se reúnan alumnos y profesores.
Por otro lado, cualquier local de ocio que reúna grupos de personas en sus instalaciones también deberían plantearse realizar una desinfección completa. Las discotecas, bares, restaurantes, cafeterías, salas de concierto, centros deportivos, gimnasios, y lugares similares podrían ser focos de contagios.
Tareas de desinfección profesional
Cuando un equipo profesional se traslada a cualquier zona para su desinfección, llevan consigo una gama de productos desinfectantes específicos para distintas superficies. Además, los acompañan de herramientas específicas, que permiten su vaporización para una correcta dispersión de los mismos.
La vaporización de un producto desinfectante deja partículas microscópicas en suspensión, en el aire. De esta forma, aumentan su alcance y llegan a cualquier rincón, por complicado que sea su acceso. Hacer esto de forma manual sería prácticamente imposible. El producto humedecerá todas las superficies, acabando con cualquier microorganismo con el que entre en contacto.
Debe tener en cuenta que una desinfección a fondo no tratará solo las superficies visibles. Hay ciertas zonas, como los conductos de aire acondicionado, que requieren especial atención para los casos en los que el virus o las bacterias causantes de la enfermedad se transmiten por el aire.
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