En nuestro país tenemos la suerte de contar con una gran cantidad de edificios históricos, que forman parte de nuestro patrimonio cultural. Las fachadas de estos edificios no son ajenas a los efectos del paso del tiempo, más aún si se encuentran en el centro de una ciudad o en una zona donde suele haber mucho tráfico. Con el paso de los años, la suciedad y los agentes contaminantes se van depositando sobre la superficie de los ladrillos, paredes, ventanales, tejados y elementos decorativos. A esto se suman los agentes atmosféricos, como la lluvia, el viento o las altas temperaturas, que año tras año van desgastando la superficie. Por último, la acción humana directa también contribuye a la degradación de este patrimonio, a través de pintadas o diferentes actos vandálicos.
Un trabajo de limpieza muy delicado
Si no se hace un mantenimiento periódico de las fachadas de estas valiosas piezas arquitectónicas, puede que dentro de unas décadas su estado de conservación se haya visto deteriorado.
Pero al trabajar con este tipo de edificios, cuyos materiales pueden tener siglos de antigüedad, es necesario tener en cuenta que las actuaciones deben ser totalmente respetuosas con ellos. El objetivo es mantenerlos en perfecto estado durante muchos más años, sin comprometer su estabilidad. Siempre se ha de tener en mente la conservación al trabajar con edificios históricos.
Nos encontramos con que este es el caso de muchos edificios de la administración pública. Edificios con un gran bagaje histórico que ahora son sede de distintas administraciones u organismos oficiales.
¿Cómo abordar la limpieza de una fachada histórica?
Antes de comenzar con la limpieza de una superficie delicada es requisito imprescindible realizar un estudio del material. Sin conocer de qué está hecha la superficie a tratar, es imposible elegir los productos de limpieza adecuados para la tarea ni las herramientas. Es por eso que desde Divel solemos seguir una serie de pasos cuando un cliente nos llama solicitando la limpieza de un edificio histórico.
- Análisis de la superficie a limpiar. Queremos conocer la composición de los materiales utilizados en la construcción. También es necesario determinar el grado de conservación de la fachada y el tipo de material que se ha depositado sobre la superficie. Porque no es lo mismo eliminar suciedad acumulada por el paso del tiempo que una pared llena de graffitis. También es posible que además de realizar una limpieza se deban restaurar algunos elementos ornamentales o pinturas. Si el objetivo es recuperar la apariencia original de la fachada, lo ideal es combinar la limpieza con un trabajo de restauración.
- Elección del método de limpieza. Hay un producto de limpieza adecuado para cada tarea. Dependiendo de las características de la fachada y de la suciedad o manchas que haya que eliminar.
- Prueba previa de la efectividad. A pesar de haber realizado un concienzudo estudio previo, nos aseguramos de que el producto o los materiales que utilizaremos no son demasiado abrasivos para la superficie. Es por eso que los aplicamos sobre una pequeña parte de una zona que no sea muy visible.
En Divel llevamos años desarrollando la limpieza de fachadas de una gran variedad de edificios, entre ellos los históricos. No solo contamos con los medios para eliminar todo rastro de suciedad y pintadas. También podemos hacer las reparaciones oportunas en caso de ser necesarias.